
Para todos nosotros es una prioridad el cuidar de nuestra salud y porque no, conservar o procurar el tener una figura que nos haga sentir a gusto con nosotros mismos, y por curioso que parezca, la cantidad de pasos que damos al día, determina en gran parte nuestro estado de salud en general.
Una caminata, en condiciones regulares, es una de las mejores actividades físicas que podemos llegar a realizar, el dar unos pasos más allá de los necesarios, puede traer innumerables beneficios que van más allá de lo físico, por eso es importante que conozcamos un poco más acerca de la importancia de los pasos que damos día a día.
Índice
Salud en movimiento
Desde hace ya muchos años, está plenamente comprobado que el practicar cualquier tipo de actividad o ejercicio, en forma regular reporta numerosos beneficios para la salud, pero más allá de acudir al gimnasio o practicar algún deporte, una sencilla caminata puede beneficiarnos mucho más de lo que pensamos.

Por esa razón no es de extrañar que cuando acudimos a un profesional de la salud, éste se interese en cual es el nivel de actividad que realizamos a diario, ya que de ella, se pueden estimar varias condiciones como la cantidad de calorías que quemamos a diario o cuan activo o pasivo puede ser nuestro metabolismo.
Sabiendo que la actividad física influye positivamente en nuestro estado de salud, también resulta conveniente que estemos conscientes del nivel de ejercicio necesario, para mantenernos saludables y llenos de energía.
Para crear una rutina de ejercicios o plan de actividad, es preciso que estemos conscientes en primer lugar de una serie de factores que determinarán cuáles serán las metas y objetivos que alcanzaremos una vez que emprendamos nuestra tarea.
- Edad: Las necesidades y límites de cada persona, varían con los años, sin embargo, la edad, es una de las variables que pueden determinar la intensidad y el tipo de actividad que es más conveniente en las distintas etapas de la vida, sin embargo, una marcha suave y a un ritmo constante no debería representar mayores inconvenientes para ninguna persona.
- Condición física: Este es uno de los aspectos más individuales en cada uno, las enfermedades, predisposiciones o la práctica frecuente de deportes, determinarán a la larga si una caminata puede ser más o menos vigorosa y la distancia que puede llegar a recorrer en óptimas condiciones.
- Motivación personal: Como en toda área de nuestra vida, para realizar exitosamente cualquier proyecto, debemos estar adecuadamente motivados, una poderosa razón para entrar en acción y comenzar a caminar a diario es que al hacerlo, estaremos activando todo nuestro organismo de una forma positiva.
Aprendiendo a caminar
Por curioso que parezca, el caminar adecuadamente es una habilidad que debe aprenderse, muchas personas, suelen tener hábitos o patrones de marcha poco saludables y esto tiene indudables repercusiones negativas para la salud.
En primer lugar, debemos estar atentos a nuestra postura corporal, al iniciar la marcha, nuestra espalda y cuello deben estar rectos, pero sin estar rígidos, nuestros hombros deben alinearse con nuestro torso y las piernas de forma paralela a éstos.
La postura anterior, es en apariencia sencilla, pero la realidad es que con el transcurrir del tiempo, adoptamos posiciones poco naturales, como ir encorvados, o estirar el cuello en exceso, que producen a la larga secuelas indeseadas.
Nuestras piernas y pies son los principales protagonistas de una caminata y al realizarla, es muy recomendable que tomemos conciencia de ellos, cada paso que damos debe ser tomado como un acto en el que nos conectamos con nuestro cuerpo y las sensaciones que éste experimenta al caminar.
Más pasos y mayores beneficios para estar sano
Aún cuando ya hemos mencionado las muchas ventajas que obtenemos al caminar, existen otros beneficios que recibimos cuando caminamos todos los días, y que tal vez no conozcas, entre ellos podemos destacar:
Quienes caminan se sienten más felices: El realizar una caminata, deja una sensación placentera en el cuerpo, esto nos produce esa sensación de satisfacción y relajación cada vez que culminamos nuestro recorrido, y como consecuencia, nuestro estado de ánimo mejora notablemente.
El hacer una caminata nos hace más sociables: El sólo hecho de salir a caminar, es un acto que nos impulsa de forma positiva a estar en contacto con otras personas, mientras hacemos nuestra actividad, podemos conocer y compartir con otras personas que tengan intereses similares a los nuestros.

Estimula la imaginación: El recorrer un camino y relajarnos puede hacernos más creativos, mientras caminamos, observamos y sentimos con más detenimiento nuestro entorno, el aire, la temperatura y las ondulaciones del suelo son agentes que despiertan nuestra percepción de una forma más abierta.
Nos ayuda a mantenernos calmados: Las situaciones estresantes del día a día, quedan atrás después de una buena caminata, si tomamos como costumbre el hacer este ejercicio de forma continua, nuestras tensiones nerviosas disminuirán considerablemente ya que las disiparemos en nuestra marcha.
¿Cuantos pasos hay que dar al día en realidad?
Teniendo en cuenta todas las consideraciones anteriores, podemos entonces, despejar la duda que representa cuantos pasos debemos dar al día, para mantenernos saludables, así que nos enfocaremos en este punto en concreto.
Como es lógico suponer la medida de pasos para cada persona es distinta si se toman en cuenta sus necesidades personales, pero afortunadamente, existen herramientas con las que podemos calcular estos valores de una forma sencilla y sin complicaciones.
Para obtener el número de pasos que damos al día y calcular los que necesitamos o no, lo ideal es contar con un podómetro, dispositivo del tipo pulsera inteligente, o un móvil con esta aplicación, ya que éstos pueden calcular con precisión el número de pasos que damos al día.
Una vez conocida esta cifra, podemos determinar cuantos pasos nos hacen falta o si estamos en una medida óptima para nuestra salud.
Pero un factor que debemos tomar en cuenta es que existen cifras estándar que se consideran indicadores de nuestro estilo de vida y pueden orientarnos hacia el número de pasos más adecuado para nosotros.
Estudios realizados en la Universidad de Arizona, indican que quienes aquellos individuos que caminan menos de 5.000 pasos diarios pueden considerarse como sedentarios o inactivos, mientras que aquellos que dan entre 5.000 y 7.499 pasos diarios, entran en el grupo de estilo de vida poco activo, seguidamente, los que están por encima de los 7.500 hasta 9.999 pasos diarios se consideran como algo activos y quienes superan la máxima de 10.000 pasos diarios son catalogados como personas activas.
Pero estas cifras no son en modo alguno, limitantes para quienes se inician en un plan de caminar a diario, ya con que con la práctica continua es posible incrementar el número de pasos de forma progresiva, hasta llegar a una cifra que nos resulte cómoda y saludable para nuestras condiciones físicas.
Finalmente, debemos recordar que la cantidad de pasos que damos al día, puede variar de acuerdo a las condiciones particulares de ese momento, pero lo que en realidad importa es que con cada uno de ellos nos acercamos más a un estado de salud plena.